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"Apuntes del subsuelo" (poemario de César Guerrero)

  APUNTES DEL SUBSUELO César Guerrero Primera y segunda edición (2002 y 2005) de "Apuntes del subsuelo", de César Guerrero Arellano ÍNDICE El retorno de Eurídice . Introducción de Javier Mardel Apuntes del Subsuelo  Desdoblamiento Mefistófeles Las Gárgolas de Le Corbusier   Dos Visiones Necrópolis Nada y Penumbra   Entre Riberas Indecisas   La muerte de Virgilio Paisaje Desértico Despeñadero   Yuma, Arizona   El Escorial   Manhattan habla al Cementerio de la Catedral de San Pablo La Peste   Primera edición: Fundación Trabajadores Pascual y del Arte, A.C., México, D.F., 2002 Segunda Edición: Ediciones Urdimbre, A.C., 2005. © César Guerrero © Javier Mardel © Mauricio Vega © Ediciones Urdimbre, A.C.     Camino a Santa Teresa 281     Col. Jardines del Pedregal, 01900, México, D.F.     e_urdimbre@yahoo.com.mx
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Introducción. "El retorno de Eurídice" (sobre "Apuntes del Subsuelo") - Por Javier Mardel

INTRODUCCIÓN El retorno de Eurídice (sobre Apuntes del subsuelo ) Diestro con la palabra, vasto en el lenguaje, acertado en las imágenes, atrevido con el asunto y, encima de todo, airoso en la empresa. Hablar de César Guerrero, el poeta, con el conocimiento necesario de su trabajo y persona, no representa mayor dificultad. Bastaría decir que es imposible reparar en ese conocimiento sin notar una clara manifestación de la Poesía en cada línea desguindada de su mano. Bastaría acaso decir que son verdaderamente pocos quienes pueden sentirse favorecidos por ese influjo. Bastaría, en fin, leer un solo poema suyo para encontrar, en éste, la elemental sustancia poética que nos es común a todos y que, en las palabras del autor, nos lleva a vislumbrar el misterio de las cosas ocultas, nos pone al oído el susurro de nuestras propias emociones. César Guerrero es un poeta que se ha construido a sí mismo. En su trabajo pulsan, inalienables y en armónica conjunción, los dos atributos que constituyen

"Desdoblamiento" (poema)

  DESDOBLAMIENTO Un casco de cerveza estalla en el filo de la acera. Cuatro pasos      vuelven a ser un par      que improvisa su destino,      arrojados de súbito      a la frialdad del limbo indescifrado      que han hecho de sí mismos      y se miran aleteando a ras del suelo,      como pescados fuera de contexto. A espaldas de la luz      algunos se sumergen en orgía      de personalidades trastocadas.      Luego un Maelström insondable      aparece en su mirada,      ávida de monstruos que la engullan. Otros      sobreviven      y aprenden la elegancia del vigía.      Su piel se torna mármol,      como estatuas que se ocultan carcomidas.      Aprenden a paladear el silencio con las yemas del aire      y a descifrar sus callejones      Taxidermizan sueños ajenos,      entre multitudes de íncubos y súcubos      que de anonimato los visten. Los desalados ángeles      se mueven con parsimonia de felinos      en la transpiración de sombras que exhalan las paredes; sus siluetas      se

"Mefistófeles" (poema)

  MEFISTÓFELES Eritis sicut Deus, sientes bonum et malum (Gen, 3:5) Una vez que los espíritus fáusticos me invocaron fuera de la cuadratura del círculo, que sus miradas inquisidoras transgredieron conmigo el miedo al movimiento  y tomaron en sus manos las riendas del destino, hube de disolver las riberas que se ofrecieron al hombre y por el hombre creadas,  derrumbé sus techos y desgarré sus vestimentas a fin de que sus ojos pudieran hurgar en sus entrañas. Quebramos en pedazos, inmisericordes, sin pausa, cada una de las imágenes que sus ojos bebían,  las formas ingeridas en sus pieles mortales,  hasta moler sus restos en granos más finos que el polvo y los extendimos sobre la mesa de disección del horizonte y el viento y el agua y la luz las disolvieron en su lente diáfano y pudimos escudriñar por vez primera el rostro oculto de su fuente. Desafiamos a la muerte con soberbia en nuestros actos. Fue entonces que dudamos de nuestros sentidos, de los caminos señalados por nuestros atavism

"Las gárgolas de Le Corbusier" (poema)

  LAS GÁRGOLAS DE LE CORBUSIER La casa es una máquina de vivir Le Corbusier ...y se alzaron muros sencillos, blancos; ventanales que no dejaban lugar a dudas; desaparecieron los rincones por imprácticos, y eran simples las escalinatas. Cada centímetro estaba calculado, cada ladrillo se repetía en otro que tampoco tenía nombre, cada punto seguía a un punto y éste a otro y sucesivamente. Ventanales transparentes, por los que entra luz gris y sin contraste. Fueron enterrados los alambres, las antenas de hierro. Todo fue aún más preciso, hasta ser la suma exacta de las partes. No un hogar, tampoco una casa,  sino una imparable lavadora  de atormentados sueños multitudinarios, todos ellos semejantes, sueños arrullados por congeladores sin escarcha,  por el zumbido de afinados motores, No pesadillas de luz cálida sino blancas carreteras de neón. No polvo ni arena, sino hoyos negros domados con interruptores. Tampoco manos, brazos, pechos, sino cobertores eléctricos afuera de las pieles para

"Dos visiones" (poema)

DOS VISIONES A Santiago Cuenca Poblet I A mi izquierda me habla angustiado el poeta. Las palabras le faltan y las canas le sobran. En sus ojos ronda la muerte. II Baila Afrodita. Sus articulaciones mecánicas giran 360°.  Sus ojos no saben de amor  pero leen el calor cuando, en pago de su cuerpo amaestrado,  caen los denarios. Bajo su piel el silicio ha subyugado la vida. Su baile estremece. César Guerrero Arellano (1978) Apuntes del subsuelo , Ed. Urdimbre, México, 2005 (2ª), p. 22. ISBN: 968-5601-20-8 Fotograma de "Blade Runner" (1982)

"Necrópolis" (poema)

  NECRÓPOLIS Atarjeas en que se ahogan los peatones, angustia negra, pesadilla del poeta.  En estas esculturas de hormigón no pudo descubrirse nunca un gesto.  En la roca de estos cañones no se encontraron sino vetas verticales de acero.  Por las grietas que se hundían hasta perderse,  no hubo ríos escondidos, sino sombras;  y en ninguno de sus múltiples nichos  la visión de la cámara pudo atisbar el horizonte.  Estas rocas no son los rojos desiertos de Utah,  sino las piernas en que se apoyan cielos grises. Este resultó ser el paisaje natural de los aviones,  un bosque de grúas habitado por neumáticos.  Una ciudad ausente, sin ojos,  cadáver de espacios horizontales. Esta Polis de las companies, palacio  de apellidos multinacionales, es una Necrópolis de hombres, lugar  en que las calles son raíces insondables y los techos el invernal follaje de las nubes.  Sitio en que el mar es la antesala  de subterráneos ríos. Por sus puentes de orín transita  el fantasma herrumbroso de Caronte. C